En este inicio del nuevo curso, FEAPS hace públicas las conclusiones de su Comisión de Familias e Inclusión (un grupo de trabajo impulsado por el Programa de Apoyo a Familiares de esta organización con el objetivo de poner en común las necesidades de familiares y proponer estrategias de futuro en relación a la inclusión educativa). Estas conclusiones formaron parte de la jornada “Avanzando hacia una educación inclusiva”, celebrada el pasado mes de mayo con la colaboración del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, al que se le trasladaron estas reivindicaciones en el marco de un desarrollo de la LOMCE que responda a una verdadera dimensión inclusiva.

Estas familias de alumnos y alumnas con discapacidad intelectual reclaman que se haga efectiva esta inclusión, para que sus hijos puedan compartir con el resto de sus compañeros el mundo que les va a tocar vivir, y puedan tener, dentro de sus posibilidades, un futuro similar.

Por ello, han realizado un documento en el que establecen una serie de necesidades de este tipo de alumnado, como la adaptación de contenidos, materiales y metodología de enseñanza, el cambio en la forma de evaluar, o un trato igual al resto en tiempo de dedicación y en exigencia. Hacen especial hincapié en las relaciones sociales, un aspecto que no se suele trabajar en el aula ni en espacios informales como el recreo, y que resulta fundamental para el éxito de la inclusión y la prevención del acoso escolar.

Otra preocupación importante de estas familias es la falta de recursos de apoyo, especialmente humanos, que impiden a los profesores desempeñar una buena labor inclusiva. Tampoco ayuda la elevada rotación que hoy en día sufren algunos colegios, que impide a estos alumnos con discapacidad y a sus familias tener una continuidad y una referencia estable. Junto a ello, también echan en falta una mayor preparación del profesorado, especialmente en la etapa de secundaria, y una mayor interrelación entre estas familias y los profesionales, así como con el resto de familias (que en ocasiones no entienden los problemas y necesidades del alumnado con discapacidad). Además, afirman que es necesario que estos niños y niñas puedan tener apoyos desde su nacimiento, algo que sin duda repercutirá positivamente en su desarrollo posterior y facilitarán con ello la inclusión.

Para este grupo de trabajo, resulta indispensable que las familias de niños y niñas con necesidades educativas especiales puedan compartir información, y unirse en la reclamación del derecho fundamental de sus hijos a disfrutar de una educación en igualdad de condiciones que el resto.

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DESCARGAR DOCUMENTO: “Familias e inclusión educativa: cuál es la realidad” (13 de mayo de 2014) (PDF)