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16/07/2014
Varias personas nos dicen que cuando oyen la palabra Injucam la primera cosa que les viene a la cabeza es Participación.
La participación es esa cosa curiosa que todo el mundo cree saber perfectamente lo que es pero en cuanto rascas un poco más ves que la cosa no está tan clara.
Nosotras tras rascar y rascar consideramos que Participar es:
- Tomar parte de algo, ser parte de. Participar no es lo mismo que asistir o que estar apuntado en.
- Buscamos Participación como acción para el cambio, no como mecanismo legitimador de lo que hay, sino como mecanismo de ajuste y transformación permanente hacia algo mejor.
- Participación es implicarse. Es una oportunidad de aprendizaje.
- Participar supone saber lo que pasa, tener información y entenderla, tomar decisiones, trabajar en equipo, planificar, desarrollar la conciencia crítica… debemos favorecer el desarrollo de habilidades y actitudes si queremos poner en marcha procesos reales de participación.
- A participar se aprende. Muchas veces no puede darse de un día para otro, sino que se logra a lo largo de un proceso en el que vamos dando pasos, aprendiendo y entrenando las diferentes habilidades necesarias.
- Es posible que todas las personas, de todas las edades, participen.
- La Participación es un derecho que lleva implícita la responsabilidad de la persona en su cumplimiento. Es un derecho y un deber en una sociedad democrática.
- La participación es una actitud. Podemos posicionarnos en todos los ámbitos de nuestra vida de manera participativa, implicándonos.
Hace no mucho era mas frecuente discutir sobre participación que ahora, será tal vez porque se hablaba de políticas públicas que garantizasen derechos frente a la mera prestación de servicios actual. Seguimos constatando en múltiples ocasiones y en diferentes contextos, mesas, consejos y comisiones que cuando piden “participar” a sus miembros (sean niños y niñas, o personas adultas) sólo buscan opinión, justificación o en los peores casos el mero cumplimiento de un reglamento..
En Injucam llevamos desde nuestros orígenes promoviendo el pleno ejercicio del derecho a la participación infantil y juvenil, ¿por qué?
Además el propio Comité de los Derechos del Niño en su observación general Nº 12 ha señalado el derecho a la Participación como uno de los cuatro principios generales de la Convención, junto con el derecho a la no discriminación, el derecho a la vida y el desarrollo y la consideración primordial del interés superior del niño, lo que hace que no sólo sea un derecho en sí mismo sino también un principio a tener en cuenta para interpretar el resto de derechos.
A finales de Abril de este año el Consejo de Ministros aprobó el anteproyecto de modificación de la Ley de Protección de la Infancia conocida como Ley Orgánica de Protección Jurídica del Menor (1996). Esta ley recoge entre otros el derecho a la participación de niños y niñas.
La Comunidad de Madrid lo hace a través de la Ley de Garantías de los Derechos de la Infancia y la Adolescencia (1995) y la Ley Reguladora de los Consejos de Atención a la Infancia y Adolescencia de la Comunidad de Madrid (2005).
Defendemos la visión de los niños y las niñas como personas con derechos y responsabilidades capaces de entender y decidir sobre aspectos sociales que les afectan, con capacidad de colaborar en la construcción de la sociedad en la que viven. Al igual que nadie duda de que la leche es esencial en el crecimiento de un bebé, queremos que la sociedad entienda que la participación (real y plena) es esencial para la democracia (real y plena).
A) Promoviendo el ejercicio de la Participación en nuestro hacer cotidiano con los niños, niñas, jóvenes y familias. A participar se aprende participando y por ello desarrollamos y fomentamos espacios, proyectos y acciones propicios para participar. Somos escuelas de participación, fomentamos valores y hábitos que son básicos a la hora de promover la presencia de los niños, niñas y jóvenes en la vida pública, somos espacio de aprendizaje, reflexión, participación, cuidado, respeto y apoyo mutuo. En las asociaciones niños y niñas puedan proponer, equivocarse y aprender de ello. Recuperando la capacidad de sorprendernos, contemplamos, con la aportación de quien normalmente no es escuchado/a, opciones que no se nos habían pasado por la cabeza y, con la unión de visiones diversas, lograr un resultado integrador.
A través del papel mediador que ejercemos facilitamos el acceso a la información y la formación, que son pilares básicos para que cualquier persona pueda participar en la sociedad. Facilitamos procesos de desarrollo participativo como alternativa frente a una cultura que nos aboca al individualismo y la pasividad; una sociedad puede considerarse democrática cuando todos sus ciudadanos y ciudadanas participan.
B) Y también lo hacemos en nuestro funcionamiento como Federación de Asociaciones. La metodología participativa está en todas y cada una de nuestras actuaciones tanto hacia dentro: asambleas, comisiones, proyectos, como hacia fuera: en nuestro trabajo con otras redes y organismos, aplaudiendo cuando se ponen en marcha medidas oportunas y denunciando cuando no se hacen o se hacen mal. No se puede predicar sin dar ejemplo. Somos un espacio para todas las personas que quieran ejercer su derecho a participar en la construcción de una sociedad más amable.
En Septiembre presentaremos el estudio “¿Y si no estuvieran? Las asociaciones juveniles en la superación de contextos de riego social” realizado por la Fundación Sociedad Protectora de los Niños y nosotras donde se recoge el impacto en los jóvenes del trabajo que venimos realizando. Varias conclusiones del estudio muestran la relación directa con ese trabajo en pro de la participación: “Las asociaciones proporcionan a adolescentes y jóvenes conocimiento de otras realidades que pueden suponer nuevas oportunidades para sus vidas”, “las asociaciones elevan la autoestima”, “las asociaciones mediante el trabajo de habilidades personales y para la vida, aumentan los niveles de resiliencia en adolescentes y jóvenes”.
1. Se protejan, fomenten y apoyen, especialmente desde las administraciones públicas (como garantes de derechos que son) estas escuelas de participación que somos las asociaciones de Injucam así como cualesquiera otras formas de participación infantil que se den o puedan dar en la escuela, el barrio, la familia, etc. No es un capricho, es un derecho.
2. Que desde las entidades sociales, la administración pública y desde la sociedad en su conjunto se den los pasos oportunos y necesarios para el pleno ejercicio del derecho a participar que cada niño, cada niña, cada joven también tiene. Debe ser algo prioritario.
En la medida en que este trabajo se ponga en marcha podremos hablar de veras de una sociedad más igualitaria, más democrática, más justa, donde el derecho a la participación de niños, niñas y jóvenes no sea solo un derecho formalmente recogido sino plenamente ejercido.
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