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COMUNICACIÓN

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La derivación de personas con discapacidad intelectual a residencias de mayores atenta en muchos casos contra sus derechos fundamentales.

• La escasez de recursos residenciales específicos, o la necesidad de ocupar plazas vacías en centros de mayores con dificultades de viabilidad económica, no pueden ser razón para ofrecer servicios que no se corresponden con las necesidades de estas personas.

• En Europa, más de un millón de personas con discapacidad viven en instituciones aisladas, en donde se les obliga a vivir juntas, sin control sobre sus vidas ni sobre las decisiones que les afectan.

07/07/2014

La Confederación FEAPS ha detectado en varias comunidades autónomas prácticas de derivación de personas con discapacidad intelectual a residencias de mayores en contra de su voluntad y sin contar con los apoyos necesarios para asegurar su calidad de vida. La escasez de recursos residenciales específicos, o incluso las plazas vacías en determinados centros de mayores con dificultades de viabilidad económica, no pueden ser razón para ofrecer servicios y apoyos que no se corresponden con las necesidades de estas personas.

FEAPS considera que establecer límites de edad fijos (como los 60 o 65 años) para derivar a una persona con discapacidad intelectual del servicio social que utiliza a otro de mayores, impide utilizar los recursos más adecuados para cada uno y que se garantice su arraigo social y afectivo. Una asignación automática basada únicamente en un criterio de edad –sin un correcto análisis de las necesidades por parte de la administración y sin la participación directa de la propia persona en la toma de decisiones–, puede crear procesos negativos de soledad, pérdida de las relaciones sociales e incluso cuadros de carácter depresivo, generando además una situación que atenta directamente contra los derechos reconocidos de las personas con discapacidad.

El envejecimiento de la población –y por tanto de las personas con discapacidad intelectual o del desarrollo–, es una realidad a la que hay que dar respuestas personales buscando su permanencia en su entorno habitual, respetando sus derechos y promoviendo su autonomía y participación social. Por ello, FEAPS únicamente considera adecuada esta derivación en aquellos casos en los que la persona con discapacidad intelectual es mayor y el centro le ofrece un plan de apoyos personalizado, con servicios adaptados a sus necesidades, y contando con el consentimiento expreso de la persona.

El Proyecto “Buena Vejez”, desarrollado por entidades de FEAPS, promueve una atención en servicios centrados en proyectos de vida. Su objetivo es fomentar, con el protagonismo y la participación directa de cada persona, una vejez activa, rica en experiencias, que posibilite entornos significativos y positivos y evite procesos de institucionalización y abandono.

FEAPS advierte que en Europa más de un millón de personas con discapacidad viven en instituciones aisladas, en donde se les obliga a vivir juntas, sin control sobre sus vidas ni sobre las decisiones que les afectan. Por ello, nuestra organización considera necesario que se aseguren recursos para la promoción de la vida independiente de cada persona ofreciendo apoyos y financiación para que se produzca una transición desde recursos meramente asistenciales e institucionalizados hacia recursos basados en la comunidad.

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